La infancia de Garcilaso. Fruto del choque cultural de
España y Las Indias, hijo del sincretismo y considerado el primer mestizo (hijo
de español con india) biológico en América, fue una de las principales figuras
intelectuales y literarias de su tiempo y cuyo trabajo perdura hasta nuestra
generación y sigue siendo materia de estudio a poco de conmemorarse 400 años de
su muerte.
La relación entre el Inca Garcilaso y sus padres no fue un
problema para él pese al contexto hostil que se vivía por los enfrentamientos
entre Incas y conquistadores. Durante el breve dominio de
Atahualpa, se hostilizó a los familiares del derrotado Huáscar, entre los que
se encontraba Chimpu Ocllo, madre del Inca Garcilaso de la Vega, pero no duró
mucho tiempo: los españoles tomarían el control y vencerían a Atahualpa y la
princesa Inca entonces quedaría del bando de la corona. Luego se bautizó bajo
el mandato cristiano y recibió el nombre de Isabel Suárez.
En este contexto vivió sus primeros años el Inca Garcilaso
con una relación cordial entre él y sus padres. Refiere el psicoanalista Max
Hernández que ni Sebastián Garcilaso de la Vega hablaba quechua ni la princesa Chimpa
Ocllo hablaba español. El encuentro probablemente haya sido para un fin sexual
o por atracción física pero el nacimiento de Garcilaso no estuvo basado en una
relación con lazos comunicativos fuertes.
Su primer contacto con la sociedad colonial. Fue testigo
también de las diferencias abismales entre los indios y los españoles, tuvo
entonces su primer choque con la discriminación a los 10 años. Es a los 10 años
cuando sufre un duro revés en su vida: la separación de sus padres. Obligado
por una ley de la corona, Sebastián Garcilaso de la Vega se casa con una niña
española de 14 años para no perder su privilegio, Luisa Martel del los Ríos,
mientras que su madre contrae segundas nupcias con Juan de Pedroche, un español
que carecía del abolengo del padre de su primer hijo.
En el siglo XVI era común poner a los hijos de españoles de
alcurnia nombres de otros personajes ilustres, por este motivo bautizaron como
Gómez Suárez de Figueroa a quien luego de varios años y ya en Europa se volviera
a nombrar como Inca Garcilaso de la Vega a la edad de 50 años.
Fue cambiando su nombre durante varios años a Gómez Suárez
de la Vega, Garcilaso de la Vega, Capitán Garcilaso de la Vega, hasta que
finalmente logró identificarse plenamente con un nombre que recogía la esencia
de su origen.
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